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La Cooperativa
Rionegro, Antioquia
La inseguridad alimentaria es un problema persistente en Colombia. Los datos del informe de Inseguridad alimentaria fueron presentados el 24 de mayo por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) y la prevalencia de inseguridad alimentaria, moderada o grave, disminuyó del 28,1% en 2022 al 26,1% en 2023.
¿Qué significa esto?
Significa que, aunque todavía hay un largo camino por recorrer, menos hogares colombianos están luchando por acceder a alimentos suficientes y de calidad. En términos concretos, 955 mil personas menos experimentaron inseguridad alimentaria moderada o grave en 2023 en comparación con el año anterior.
¿Dónde se observaron mejoras?
La disminución de la inseguridad alimentaria se observó en 17 departamentos, siendo Atlántico, Caquetá y Chocó los más destacados, con reducciones de más del 10%. Bogotá también experimentó una disminución significativa.
¿Cuáles son las causas de estas mejoras?
Si bien el informe no profundiza en las causas exactas de esta disminución, sí destaca algunos factores que podrían haber contribuido. Por ejemplo, los hogares urbanos que recibieron subsidios gubernamentales experimentaron una reducción significativa en la inseguridad alimentaria. Esto sugiere que los programas sociales pueden desempeñar un papel importante en la lucha contra el hambre.
¿Qué desafíos persisten?
A pesar de las mejoras, la inseguridad alimentaria sigue siendo un problema grave en Colombia. La prevalencia de inseguridad alimentaria grave, aunque no aumentó significativamente, sigue afectando a 2,66 millones de personas. Además, algunos departamentos, como Vichada, Quindío y Cauca, experimentaron un aumento en la inseguridad alimentaria.
¿Qué se puede hacer?
Para abordar este problema persistente, es fundamental que el gobierno y la sociedad civil trabajen juntos para implementar políticas y programas que garanticen el acceso a alimentos suficientes y nutritivos para todos los colombianos. Esto incluye fortalecer los programas de asistencia alimentaria, promover la agricultura sostenible y mejorar la educación nutricional.
En resumen, los datos de la ECV 2023 nos dan motivos para ser optimistas, pero también nos recuerdan que la lucha contra la inseguridad alimentaria está lejos de terminar. Al comprender las tendencias y los desafíos, podemos trabajar juntos para construir un futuro en el que todos los colombianos tengan acceso a una alimentación adecuada.
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